Se conocen más de 250 especies de Aloe en el mundo. Habita principalmente en zonas desérticas o semidesérticas, donde se da el clima más adecuado para su crecimiento.
Se caracteriza por estar formada por un grupo variable de hojas que parten de un tronco que hace las veces de raíz central y del que sale esporádicamente, 2 o 3 veces por año, un largo tallo coronado con flores amarillas. Su fruto es una capsula triangular que contiene numerosas semillas.
Las hojas del Aloe vera merecen especial atención, ya que de ellas se extrae el jugo usado históricamente para curar todo tipo de dolencias. Son carnosas, con un tamaño de 50 cm de largo y un considerable grosor, son capaces de acumular gran cantidad de agua.
En las horas de sol, para evitar la evaporación, el Aloe cierra sus poros, conservando así el agua en su interior. Para que en epocas de escasa lluvia, irla consumiendo poco a poco, pudiendo llegar a reducir su tamaño, e incluso podria llegar a sacrificar alguna hoja para asi poder sobrevivir.
Esta planta precisa un minimo de 320 dias de sol al año y se alimenta en un 98% del aire. Necesita al menos tres o cuatro años para madurar y asi poder cosecharla.
Hasta el momento se han hallado por lo menos 160 componentes importantes como vitaminas, minerales, proteínas, aminoácidos esenciales, etc... importantes en las hojas de esta planta.
Precisamente eso es lo singular del Aloe vera, une todos estos valiosos ingredientes en perfecta armonía y, por lo tanto, permite el suministro de sustancias vitales para nuestro cuerpo, mucho más allá de cualquier agente individual.
La planta de Aloe vera, actúa como Desintoxicante, digestivo, depurativo, regenerador celular, bactericida, antiséptico, antiinflamatorio, analgésico, antiviral, inhibidor del dolor, anticoagulante, estimulador del sistema inmune. Y a nivel tópico, actua como cicatrizante e hidratante.
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